El pasado lunes fue el Día Mundial contra el Dolor. Por eso hoy queremos presentaros una de las terapias sobre las cuales basamos nuestros tratamientos: la terapia de inducción miofascial.
¿Qué es la fascia?
Esta palabra nos puede sonar al pie debido a una lesión muy común denominada fascitis plantar. Lo cierto es que este tejido se encuentra a lo largo de todo el cuerpo. La fascia es un tejido conectivo que rodea todas las estructuras internas de nuestro cuerpo: desde huesos y músculos hasta vísceras y estructuras vasculares. Siendo ésta un tejido continuado a lo largo de todo el cuerpo, es lógico pensar que si existe tensión en un punto, traerá consecuencias en cualquier otra zona de la fascia.
Fuente: The Barefooter.
Esta es la razón por la que a veces vamos al “fisio” con un dolor en la pierna y nos toca la espalda. Aunque cada vez está más aceptada esta idea de que el dolor puede venir de otra zona, todavía tenemos pacientes a los que les cuesta entender por qué les tocamos en una zona distinta a la que les duele. Por eso hoy os queremos explicar cómo funciona este método y por qué tiene buenos resultados.
¿Para qué sirve la Terapia de Inducción Miofascial?
La fascia se puede retraer por numerosas razones: traumatismos, cirugías, desórdenes emocionales, etc. Estas alteraciones provocan síntomas diversos, entre los cuales se encuentra, la mayoría de las veces, el dolor.
La terapia de inducción miosfascial actúa a nivel de la fascia. Trata de que ésta recupere su forma original y no haya retracciones que descompensen todo el sistema. Existen técnicas superficiales y otras más profundas, para llegar a distintos niveles de la fascia.
El paciente percibe una suave presión en las manos del terapeuta. Se desencadenan unos movimientos fluidos que le ayudan a liberar esas partes de la fascia que estaban alteradas. Por tanto, es una terapia muy agradable que no causa ningún dolor. De hecho, a menudo nuestros pacientes nos dicen que salen de la sala “como si estuvieran flotando”.
Es un método que cada vez se conoce más y tiene más evidencia científica. A nivel personal nos gusta mucho esta técnica ya que ofrece muy buenos resultados en un período de tiempo más corto que las terapias más convencionales.